"Aprender jugando es divertido"
La práctica en nuestro jardin de infantes yace -entre otros- en el estudio del hombre del Dr. Rudolf Steiner - lo mismo vale para la escuela Waldorf. En los primeros siete años de la vida es importante la imitación y el modelo para el desarollo infantil.
Para la configuración del jardín de infantes y el comportamiento del educador adulto es importante la tarea de hacer un trabajo en si mismo, esto es su autoeducación.
El entorno como el ámbito de la imitación en nuestro jardín de infantes es amueblado para la vivencia de los diferentes quehaceres razonables y factibles, que el párvulo puede imitar y entender las acciones.
Con ayuda de narraciones, juegos, corros, canciones etc. el niño puede captar un idioma diferenciado, puede vivenciar cualidades morales en las decoraciones interiores y en la repetición rítmica de las fiestas anuales. Simples y saludables formas del material de los juegos estimulan la actividad interna del niño. La pintura, el canto, el corro, el juego libre etc., estimulan todas las fuerzas del párvulo.
Así puede crecer el niño en libertad y con una base saludable para el desarrollo del ser humano en su voluntad, en su sentimiento y en su pensamiento.